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“El Señor del Tiempo abrió las manos. Los milenios se escurrieron como meros segundos. Surgieron galaxias, nacieron estrellas, se formaron planetas. Pero le pareció poco.
El Señor del Tiempo sopló. Y los milenios se partieron en siglos. Brotó la Vida: agua, lluvias, volcanes y terremotos modificaron su obra anterior. Aun así, no quedó satisfecho.
El Señor del Tiempo abrió los ojos. De los siglos surgieron años. Vinieron las civilizaciones, grupos pequeños, pintores de paredes... que se transformaron en multitudes que construyeron templos y edificios gigantescos.
El Señor del Tiempo comenzó a sentirse satisfecho. Y las civilizaciones comenzaron a destruirse, colocando toda la creación en riesgo. Y Él cerró los ojos. Pero ya era demasiado tarde”.
Este fragmento alude al tema que en la actualidad está “en boga” dentro de un contexto sociocultural y económico de cada rincón sobre la faz de la tierra, como lo es la BIODIVERSIDAD.
La biodiversidad o diversidad biológica es el término por el que se hace referencia a la amplia variedad de seres vivos sobre la Tierra y los esquemas naturales que la conforman, resultado de miles de millones de años de evolución según procesos naturales y también de la influencia creciente de las actividades del ser humano. La biodiversidad comprende igualmente la variedad de ecosistemas y las diferencias genéticas dentro de cada especie que permiten la combinación de múltiples formas de vida, y cuyas mutuas interacciones con el resto del entorno fundamentan el sustento de la vida sobre el mundo.
El término “biodiversidad” es un calco o facsímil del inglés <biodiversity> (biodiversidad). Y que a su vez es la contracción de la expresión <biological diversity> (diversidad biológica) que se utilizó por primera vez en octubre de 1986 como título de una conferencia sobre el tema, el National Forum on BioDiversity (Foro Nacional sobre Biodiversidad), convocada por Walter G. Rosen, y a quién se le atribuye la idea de la palabra. El 22 de mayo de 1994 en Nairobi, Kenia, la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (O.N.U.) declara esa fecha como el Día Internacional de la Biodiversidad, con el reconocimiento y necesidad en conciliar la preservación futura de la biodiversidad con el progreso humano según criterios de sostenibilidad o sustentabilidad establecidos en el Convenio internacional llevado a cabo en esa fecha.
Pero, ¿qué valor esencial le damos a nuestro entorno implícito en esa frase de moda o pasada de moda, como lo es la biodiversidad? la cual reside desde un proceso histórico natural que va desde la antigüedad hasta nuestra era milenium.
Boga, moda, costumbres, hábitos y todas esas expresiones bajo este panorama se han ido devaluando en la actualidad, por la falta de sensibilidad, concientización y apoyo sobre un ecosistema próspero y sustentable en lo cualitativo y cuantitativamente. Y, desde nuestra condición humana, la diversidad también representa un capital natural. El uso y beneficio de la misma ha contribuido de muchas maneras al desarrollo de la cultura humana, y representa una fuente potencial para subvenir a necesidades futuras.
Necesidades que se han propiciado a través de beneficios económicos, como alimentación nutritiva para una vida sana, Turismo y recreación (ecoturismo), aspecto científico entre otros. La biodiversidad no es estática, es un sistema en la evolución constante, tanto en cada especie, como en cada organismo individual. Una especie actual que puedo haberse iniciado hace uno a cuatro millones de años, y el 99% de las especies que alguna vez han existido en la Tierra se han extinguido.
La biodiversidad es una de las riquezas más grandes del planeta, y no obstante la menos reconocida como tal.
¡Hagamos cultura! Respetando, concientizando, preservando, reciclando y prosperando en nuestra Madre Naturaleza.
