En la historia las mujeres de México han conquistado espacios importantes que llena de orgullo al gremio femenil ante una lucha de competencias con el sexo opuesto que aún no logra aceptar en distintos ramos la capacidad de trabajo que puede desempeñar las féminas.
La intervención de mujeres en diferentes cargos públicos enorgullece porque se afirma la igualdad de oportunidades que deben tener todas, en los trabajos para desempeñarse con talento y profesionalismo, protegidos por los derechos humanos de cada una de ellas, legales ante una nación, que están en comunicación con bases jurídicas del Derecho Internacional.
Mujeres que diariamente luchan por los derechos de una sociedad justa, con nuevos horizontes de crecimiento en los ámbitos políticos, culturales, sociales y económicos entre otros. Cada una ha perseguido un fin de superación para su desarrollo.
De ellas, se toma el ejemplo de la pionera del feminismo de México, la escritora Rosario Castellanos, que estudió filosofía y letras en la Universidad Nacional Autónoma de México y fue promotora de Cultura en el Instituto de Ciencias y Artes de Chiapas, en Tuxtla Gutiérrez, para luego, ocupar altos cargos en la universidad donde estudió y ser embajadora de México en Israel.
Mujeres que han contribuido al crecimiento de la democracia de su comunidad, pueblo, ciudad, estado o país, en lo que realizan a través de sus trabajos. Apoyando con ética y profesionalismo cada causa o labor que ejecutan en defensa de sus ideales.
Feministas de distintas épocas que han conseguido derrumbar barreras de prejuicios sociales, entre ellas está Hermila Galindo Acosta, en el año de 1915, período donde las mujeres no tenían derechos políticos y sus funciones se limitaban al hogar o a la iglesia. Protestó por ello, se inconformó y luchó hasta convertirse en una de las principales impulsoras del derecho de la mujer votante en México.
Otra de los grandes íconos del feminismo fue Frida Kahlo, a quien se le conoce como bandera del feminismo internacional, y a pesar de sus problemas de salud, la artista mantuvo un gran activismo político, participando enérgicamente, al lado de su esposo Diego Rivera en el movimiento comunista de México. Las generaciones mexicanas de esa época y las actuales, tienen a un presente a Magdalena Carmen Frida Kahlo Calderón, nacida el 6 de julio de 1907 en la hoy llamada “Casa Azul”, en Coyoacán al sur de la Ciudad de México.
Actualmente, grandes luchadoras sociales que han defendido hasta el final sus ideales, y que se recuerdan con beneplácito y admiración, destacando entre ellas la abogada veracruzana Digna Ochoa y Plácido de Misantla, Veracruz, catalogada como activista social y defensora de los derechos humanos y del medio ambiente. Fue asesinada el 19 de octubre de 2001 en la ciudad de México. En fechas anteriores en su estancia en la capital de los Estados Unidos estuvo reconocida con otras 50 activistas de los mismos intereses, por el presidente Bill Clinton y diferentes organizaciones internacionales de los derechos humanos.
Otra de las mujeres que son grandiosas y que han sobresalido sin ser instruidas académicamente, está la oaxaqueña Marcelina Bautista Bautista, que a los 14 años de edad cuando concluyó su escuela primaria, dejó su comunidad indígena mixteca en Nochtixtlán, y sin hablar español emigró de su pueblo natal. Y con el deseo de sobresalir fundó un programa educativo para los trabajadores domésticos, sus patrones y organizaciones de la sociedad civil y en su Centro de Apoyo y Capacitación para Empleadas del Hogar A. C. (CACEH), instituido en el 2000, imparte información patronal, valorización económica y social de la labor doméstica y derechos sexuales y reproductivos.
Admirable su papel que ha desempeñado Marcelina Bautista y con su limitación del idioma español fue galardonada en México con un Premio Nacional de Derechos Humanos, su lucha es también reconocida a nivel regional por su labor como Coordinadora para América Latina de la Federación Internacional de Trabajadoras del Hogar.
Las mujeres de la actualidad, deben hacer compromisos de lucha para convertir a México en un excelente país. Rescatando e impulsando los valores en las nuevas generaciones, sembrándoles en ellos y ellas la semilla del trabajo, del amor al prójimo, el respeto y la solidaridad. Y sobre todo, defender sus derechos y no permitir que se sigan cometiendo abusos e injusticias con el sexo “débil”.
Que la sociedad viva sin pobreza, con salarios dignos, sin discriminación - y abanderando los ideales-. Teniendo una perspectiva extensa de la justicia social, combinando los derechos civiles y políticos con los sociales, culturales y económicos. Vivir sin violencia y apoyando más a la educación, a la salud y a los empleos de las mujeres de las ciudades y principalmente a la zona rural e indígena que siguen en el abandono y desprotegida.
Hacer de México un país verdaderamente democrático, que ofrezca oportunidades a las mujeres en los cargos públicos, sin ver clases sociales y razas. - Que la igualdad predomine y que se trate a todas por igual-, a la adulta, a la joven, a la profesionista, a la no profesionista. Desde esa perspectiva los mexicanos entenderemos la verdadera democracia que debe existir en cada rincón geográfico del país.