Veracruz está perdiendo su capacidad de asombroso, así lo hemos aprendido en los últimos días por lo que nos ocurre. Las que hemos vivido parecen historias salidas de un cuento de terror donde los demonios están sueltos y no hay un héroe que lo libre de tanta opresión.
Esta es la estampa de nuestra realidad social, donde resulta más escandaloso y motivo de crítica los tristes zapatos polvosos de una autoridad que el ver cómo la cantidad de feminicidios va en aumento, donde se destinan más recursos a la lucha contra el maltrato animal que contra la práctica del aborto.
Vivimos en una sociedad desmoralizada e hipócrita pues nos es más cómodo cerrar los ojos y hacer como que no pasa nada, y callamos nuestras voces por temor a no saber qué peligros nos resultan si expresamos nuestra opinión y ver que las instituciones no tienen capacidad para erradicar tanta problemática social.
Dichos órganos oficiales fueron creados para brindarnos seguridad, pero con tantas faltas de credibilidad muchos preferimos no acudir a ellas porque siempre tienen una salida, pero nunca dan una real solución a las múltiples demandas mientras que las cifras de muertes y desaparecidos van en aumento, evidenciando contar con el cobijo de la corrupción e impunidad.
Es este nuestro Veracruz, un lugar hermoso que a nivel mundial está llamando la atención pero ahora, no por su belleza natural, sino por la inseguridad en todos sus ámbitos, sin que nadie explique cómo es que tenemos esos graves saldos que mantienen con el Jesús en la boca a toda una gran sociedad y mucho menos se vea cómo llegará la solución.
Sabemos que siempre existe el riesgo de que quien se atreva a expresar su inconformidad puede terminar siendo una víctima más, como muestra los casos de periodistas que han perdido la vida por cumplir con su vocación de informar; menester es que las autoridades se ocupen de una vez en estos hechos sin distinciones, porque no se pueden quedar sin solución solo por que quien haga propuestas no corresponda a un determinado grupo político.
La historia dice que los mexicas fundaron México sobre una laguna en la cual encontraron a una águila sobre un nopal devorando a una serpiente, de aquel acontecimiento en el actual México, sólo conservamos parte de aquella laguna, una laguna llena pero de lagartos, sin hacer referencia a ningún personaje en particular, sino más bien a esos grupos de oportunistas y embusteros que han estado en el poder a lo largo de los años, beneficiándose de la necesidad social, en las que abundan las promesas pero no llegan las soluciones.