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Posterior a la conquista española se instituyó en México el día de Todos Santos y de los Fieles Difuntos, que se enaltecían desde los 827-844 por disposición del Papa Gregorio IV.
La evangelización cristiana se vio en la necesidad en México en adoptar algunas tradiciones indígenas que estaban mezcladas con sus enseñanzas y de esa forma se adaptaron nuevas costumbres, ricas en tradiciones que se fusionaron de los mexicanos prehispánicos y los españoles europeos. Se les asignó una fecha al calendario cristiano primero y dos de noviembre.
Y que los cristianos en México denominan en la actualidad día de “Todos los Santos” y día de los "Fieles Difuntos" que se honra con ofrendas, altares, cruz de cal, misas para pedir por las almas. Y las ofrendas son obras de arte y sus particulares son propios de cada zona.
